agosto 20, 2008

la guitarra grita cada palabra y yo me creo todo. No hace falta mas ley para ir y venir. tomo un sorvo más y pienso que ya te vi, te leí, te compré y de arrebato me olvidé de las plazas en que se esconden los árboles.
el cuaderno negro, el antiguo, se llena de palabras, se desbordan los renglones de azul y negro, de garabato perdido en el tiempo. el ojo se llena de fuego rojo amarillo verde, con alas de pluma, se agita sin viento, se mece en la hoja.
las lágrimas se agolpan para apagar el fuego infinito y no lo logran, se hacen lagunas de azul y negro, se borra el trazo, se pierde el sentido.
cinco trampas conocidas que sirven como circo de pueblo regalan su sorpresa en la ciudad, y cada quien se encuentra frente y pierde por no ganar. se abre la puerta, entra la luz, toma un té y otra vez te vuelvo a encontrar sentado con tus piernas cruzadas, con cara de perro, con orejas de seda y un perfume a perdición. otra vez tiras los dados y ruedan los cuadrados, como quien saca el arma de su sien y apunta a otro. suerte, azar, sin rumbo, sin orden, desgracia imprevista.-

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