mayo 29, 2009

TUVE UN AMOR TAN GRANDE QUE TAPÓ EL SOL

mayo 17, 2009

La vuelta

Estábamos sentados esperando el colectivo que se encarga de pasar por todos los lugares de la ciudad que no pasa ninguno; comíamos, desayunábamos, nos sacábamos el hambre de la noche empezando la claridad del día.
Pasaron ellos, eran varios y nos dijeron que no entrabamos todos en la calle, balbucearon algo más, rieron alto y siguieron caminando. Tardamos en entender hasta que entendimos, y ahí fue cuando la musulmana se levantó sacó el arma y le disparó a cada uno donde le tocaba.
A continuación llegó el colectivo azul y amarillo , la claridad continuaba y nosotros nos disponíamos a dormir unas horas para seguir.


y ahí llegó Lennon hablando de amor.

mayo 12, 2009

II

Es la introducción a tanto por decir, el pararse o sentarse a hablar, el tomar la decisión de empezar a escribir. Tener en cuenta las pajareras donde vivimos, la maqueta gigante donde nos movemos todos los días. La rueda como gran invento que los indios no hicieron rodar. Los autos importados que ves por la calle y cualquiera te sabe decir que es igual a la mujer de rojo de matrix. El macho argentino que se coje todas las vacas del matadero. Responder a la pregunta, preguntarse, no saber la respuesta, buscar, tratar de entender, dudar.
No comprar el diario, leer los volantes que te dan, comer lo que hay, ponerle sal o azúcar, cambiar la radio, andar en bicicleta. Decir permiso y gracias, pararte a atarte los cordones, no salirte del camino, seguir la corriente y preguntar donde vamos, quien nos espera. Decir "no estoy de acuerdo" sin poner cara de malo. Apagar la tele, prenderla y volverla a apagar. Tener plantas, salir al sol no solo los domingos. Escribir una crónica de algo, saber que los hechos acontecen, son la sucesión de algo, las decisiones de alguien o de muchos.
Tener sinestesia en pleno centro, volverse loco y darle charla al condenado, que dice que su pena es dormir bajo un árbol en un colchón que tiraron alguna vez, que tuvo un gran amor allá por los años 70 y que los pibes le roban las pocas cosas que le quedan. Que su saco se lo regaló Gardel y que aparte del amor el fue grande en esa memoria colectiva que todos supieron perder.
Soltar la rienda y besarse en el andanivel a las 7 de la mañana como si fuera la despedida para irse a dormir. Escupir la flema, toser en el cine, quedarse hasta las 4 de la mañana aguantando a un amigo.
Tener todos los relojes en otra hora y saber en la hora que vivimos.
Desayunar con tostadas, tener fuego. Relajarse y sentir.

I

Una patada en el pecho, una excusa en que pensar, un bombo que suena y te hace saltar en grave. El tiempo cuenta el mes cinco, la transición. Las palabras se atorbellinan en los labios, en la mente. A los bolsillos de nuevo. Un relato corto, dura lo mismo que esperar el colectivo, o que el viaje mismo. Una historia que se cuenta todos los días en las miradas de nosotros; y los que no nos vemos nos imaginamos, y resulta que nos contamos lo mismo, nos ayudamos con los deditos.
Es la carta que aparece bajo la puerta, el viento que mece la hoja, la sonrisa después del piropo, y mucho más de eso que nos hace tanto bien.