noviembre 24, 2009

una fábula mal contada

Eramos muchos, no se cuantos, pero en ese momento nos dimos cuenta que éramos muchos. De repente se abarrotaron las ventanas, saltábamos desde todas las alturas, no importaba a donde caímos, solo importaba el poder salir a salvo. Los túneles los recorríamos en una sola dirección, uno tras otro, formábamos una locomotora de mil piernas. No había tiempo para tropiezos pero igual se nos llenaba la cabeza de dudas. Cada tanto nos reconocíamos y a la distancia nos abrazábamos como sabiendo que quizás sea el último y el primero para muchos.
Afuera, adentro el aire era espeso, se respiraba tierra, se sentía el fuego a lo lejos. Todavía no entendemos porqué tanta zaña con nosotras las hormigas. No fue un pie que lo derrumbó todo, fue agua y fuego hasta que no quedó nadie.
Los ágiles llegaron primero, los fuertes aguantaron hasta que no hay fuerza que aguante, los
astutos valieron por dos, los miedosos aparecieron, los soñadores quieren construir en otro suelo.

2 comentarios:

Pa Ti dijo...

Muy lindo hormiguita viajera



te quiero

DINOBAT dijo...

La vida...un viaje sin destino...