noviembre 13, 2011

Asalto a la banca

Agonía desafinada, razón de estar donde nunca la dejaron, por estar donde siempre hay un roto del sábado anterior. Cuando la rutina muere en cada hogar, ella sale a correr el reloj, unos kilómetros en uno o dos bondis que no la dejan.
Disfruta del mate, la pastafrola, el cerrar los ojos a la siesta, salir a la brisa dominical como si fuera un privilegio. -Gol de media cancha- nunca se enteró que era Palermo... vuela, vuela, vuela al son del candomblé

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