mayo 12, 2009

II

Es la introducción a tanto por decir, el pararse o sentarse a hablar, el tomar la decisión de empezar a escribir. Tener en cuenta las pajareras donde vivimos, la maqueta gigante donde nos movemos todos los días. La rueda como gran invento que los indios no hicieron rodar. Los autos importados que ves por la calle y cualquiera te sabe decir que es igual a la mujer de rojo de matrix. El macho argentino que se coje todas las vacas del matadero. Responder a la pregunta, preguntarse, no saber la respuesta, buscar, tratar de entender, dudar.
No comprar el diario, leer los volantes que te dan, comer lo que hay, ponerle sal o azúcar, cambiar la radio, andar en bicicleta. Decir permiso y gracias, pararte a atarte los cordones, no salirte del camino, seguir la corriente y preguntar donde vamos, quien nos espera. Decir "no estoy de acuerdo" sin poner cara de malo. Apagar la tele, prenderla y volverla a apagar. Tener plantas, salir al sol no solo los domingos. Escribir una crónica de algo, saber que los hechos acontecen, son la sucesión de algo, las decisiones de alguien o de muchos.
Tener sinestesia en pleno centro, volverse loco y darle charla al condenado, que dice que su pena es dormir bajo un árbol en un colchón que tiraron alguna vez, que tuvo un gran amor allá por los años 70 y que los pibes le roban las pocas cosas que le quedan. Que su saco se lo regaló Gardel y que aparte del amor el fue grande en esa memoria colectiva que todos supieron perder.
Soltar la rienda y besarse en el andanivel a las 7 de la mañana como si fuera la despedida para irse a dormir. Escupir la flema, toser en el cine, quedarse hasta las 4 de la mañana aguantando a un amigo.
Tener todos los relojes en otra hora y saber en la hora que vivimos.
Desayunar con tostadas, tener fuego. Relajarse y sentir.

4 comentarios:

fueradecontexto dijo...

amigos hasta que la muerte por el socialismo nos separe.

a n i t a dijo...

compañero

Pa Ti dijo...

Solo puedo agregar que con pimienta hay cosas que quedan ricas



pero nada mas =)
naaada, ni una letra

lu dijo...

que lindo volver a leerte así.